domingo, 29 de noviembre de 2009

DIABETES Y EMBARAZO


Dra. Isabel de la Torre*



ESPAÑA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Durante el embarazo normal se producen adaptaciones metabólicas, encaminadas a corregir el desequilibrio que se produce al necesitar un mayor aporte nutritivo para el feto. Uno de estos desequilibrios consiste en que el organismo necesita un mayor aporte de insulina al precisar una mayor utilización de la glucosa.

Una prueba evidente de este cambio es la experimentada por toda embarazada, que suele notar por las mañanas los desagradables síntomas de la hipoglucemia: nauseas, somnolencia, cansancio, debilidad, etc.
Conforme avanza la gestación, la adaptación metabólica se intensifica, alcanzando gran importancia durante las últimas 20 semanas del embarazo.
Todos estos cambios metabólicos llevan a una serie de consideraciones cuando se producen en una mujer diabética:
- En algunas pacientes la Diabetes aparece por primera vez durante el embarazo. - Los criterios convencionales para el diagnostico de la Diabetes no son aplicables en la gestación - Conforme avanza la gestación se produce un aumento en las necesidades de insulina. - Los criterios habituales de control metabólico estricto no son aplicables durante la gestación


DETECCIÓN DE LA DIABETES MELLITUS GESTACIONAL (DMG)
Los datos que sugieren la posibilidad de una DMG son:
- Historia familiar de diabetes, especialmente entre los familiares en primer grado. - Glucosuria (glucosa en orina) en una segunda muestra de orina en ayunas (ver más adelante). Una historia de: - Abortos inexplicados. - Recién nacidos grandes para la edad gestacional. - Malformaciones en el recién nacido. - Obesidad materna importante (90 kg o más). - Algunos datos con menor importancia son: multiparidad, toxemia del embarazo recurrente y partos prematuros repetidos.
La presencia de más de un dato aumenta la probabilidad de que haya un trastorno en el metabolismo de la glucosa.
La glucosuria (glucosa en orina) es un hallazgo frecuente, ya que el 15%, de las mujeres gestantes la tienen, por lo cual la búsqueda de casos basándonos en este dato aislado es infructuosa. La validez de esta prueba puede aumentar cuando se utiliza una segunda muestra de orina en ayunas: la orina emitida al despertarse se desprecia y se recoge una segunda muestra 15 minutos después, cuando la paciente aún permanece en ayunas.
Los casos sospechosos de DMG deberían ser vistos cada 15 días por el endocrinólogo, trabajando juntos éste y el obstetra. Se deben tomar las medidas prenatales habituales. Se debe hacer especial énfasis en el control de peso.
En cada visita se debe realizar una glucemia después de comer. Si este examen no supera los 120 mg/dl), la prueba de tolerancia oral a la glucosa debe ser diferida hasta la semana 37ª-38ª de la gestación, momento en el que es más probable que dé positivo. Si en cualquier visita la glucemia después de comer supera los 120 mg/dl, se debe hacer una prueba de tolerancia a la glucosa sin dilación.
Si la prueba es negativa al principio del embarazo no excluye, sin embargo, el diagnóstico, y la prueba debe repetirse a las 37-38 semanas, antes de tomar una decisión definitiva.
Las pacientes que tienen una prueba de tolerancia negativa a las 37-38 semanas se consideran normales.
Si la prueba es positiva se puede realizar el diagnóstico de diabetes gestacional y se ofrece a la paciente una dieta y se le controla de la misma manera que a un diabético clínico.
Si los criterios ideales de control de la glucemia no se alcanzan pronto, se comienza el tratamiento con insulina. En los casos bien controlados y no complicados, se espera al parto espontáneo.
La existencia de una necesidad elevada de insulina durante la gestación no indica necesariamente que la diabetes persista después del parto.


* Médico Ginecólogo y Obstetras - Miembro ejecutivo del cuerpo medico de CIPROFAM - INTERNACIONAL (Coalición Internacional de Pro-vida y Familias)

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